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Memoria: el camino para la reflexión y la no repetición

El Museo Casa de la Memoria trabaja por construir un espacio donde la memoria sea colectiva, en donde se identifiquen los principales dolores de la violencia en el país y en donde el recurso del arte sirva como herramienta de narración para la no repetición de los hechos.

Entrevista - Directora Museo Casa de la Memoria
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Cathalina Sánchez. Museo Casa de la Memoria. 14 de marzo de 2019

Por: Sofía de la Rosa, Juliana Echeverry y Angélica Sosa​.

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La abogada, docente e investigadora Cathalina Sánchez Escobar es desde el 28 de enero de este año la directora del Museo Casa de la Memoria de Medellín. Cuenta con un doctorado en Derecho de la Aix-Marseille Université de Francia, donde también realizó su maestría y realizó su especialización y pregrado de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Catalina ha estudiado las áreas de Ciencias Sociales y humanidades, especializándose en temas de derechos humanos, sociología jurídica e historia del derecho. Entre sus últimos textos publicados se resalta: Trascendiendo el conflicto armado a través de una cultura para la paz, Procesos de ciudadanía en perspectiva de la mujer víctima y Derechos Humanos, todo lo que hay que saber.

 

La desaparición forzada es una problemática vigente que no solo es abordada y analizada por las organizaciones que han formado las víctimas, también, se han creado espacios de encuentro en la ciudad como lo es el Museo Casa de la Memoria, en el cual se reúnen muestras artísticas vinculadas al tema de la reconstrucción histórica y simbólica del dolor de cientos de víctimas por el conflicto interno armado en el país. El Museo no solo se dirige a las víctimas de la violencia, sino que también nos plantea un acercamiento al público general de Colombian.

 

Alrededor de las 4 de la tarde Cathalina nos recibió con alegría en su oficina, ubicada en el tercer piso del Museo Casa de la Memoria de Medellín. Se disculpó por el poco tiempo con el que contaba y procedió a conversarnos sobre el archivo bibliográfico sobre memoria y conflicto con el que cuenta el Museo, además, nos extendió la invitación para consultar sobre la desaparición forzada en estos documentos de gran valor para ellos. Desde la primera pregunta, Cathalina se emocionó al contar sus experiencias con la temática de la memoria, siempre sustentando históricamente lo que respondía; resaltaba también, que su conocimiento en los procesos dentro del Museo eran limitados por su llegada hace un mes al cargo de directora, pero a pesar de esto, siempre habló con gran pertenencia de la misión y los proyectos que enmarca al Museo.

 

¿Para qué sirve hacer memoria?

 

Hacer memoria sirve para recordar lo vivido, conocer lo ocurrido y su significación, pero especialmente para garantizar la no repetición. La construcción de memoria es una de las formas de reparación simbólica, prevista no solo en la ley 1448, (ley de víctimas), sino también en los estatutos internacionales. Cuando el derecho internacional de los derechos humano habla sobre la responsabilidad de los estados para reparar las víctimas, menciona la construcción de memoria como una de las maneras para reparar simbólicamente con aras a evitar la repetición de los hechos. Es un proceso en el que participan diferentes actores y voces, ya que no solo son las víctimas o las personas directamente afectadas por el conflicto las que se van identificando, sino también, nosotros como sociedad empezamos a entender y a asumir la responsabilidad que tenemos con estos hechos. Hemos contribuido con la indiferencia, el rechazo y la complacencia hemos contribuido a la generación de violencia.

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"La construcción de memoria como una de las maneras para reparar simbólicamente con aras a evitar la repetición de los hechos"

¿Qué papel cumple la memoria con la desaparición forzada?

 

La memoria es un proceso que garantiza la no repetición. Cuando hablamos en particular de la desaparición forzada es importante que, a partir de la construcción colectiva de memoria, escuchando y reconstruyendo los relatos e historias de vida, se den a entender las razones de muchos hechos para que se obtengan respuestas, pues las víctimas lo que buscan es el conocimiento de la verdad, buscar qué pasó y por qué pasó. Entonces cuando se habla de la construcción de memoria se refiere a los diferentes conflictos o manifestaciones del conflicto: desplazamiento forzado, desaparición forzada, reclutamiento, secuestros, torturas, amenazas, entre otros.

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¿Cómo se vincula el Museo Casa de la Memoria en estos procesos?

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El Museo es este espacio de ciudad que ha sido reconocido como una práctica para la  transformación  social, a partir de la construcción colectiva de memoria que se va a traducir en una construcción de paz. El Museo surge justamente como un instrumento que se le otorga a las víctimas, como un espacio que se les reconoce para construir su relato, expresar sus vivencias e historias de vida, esto para darles voz y visibilidad. También es un instrumento para empezar a construir memoria, incluso, si se leer la historia del Museo, se da cuenta que obedece a unas iniciativas que ya venían desde la administración del momento, en donde se había creado una unidad de víctimas y se empiezan a generarespacios, estrategias y líneas para generar la atención de las víctimas y la reparación de las víctimas, ya luego, surge la propuesta de que se constituya es museo como ese espacio donde se construyen colectivamente las memorias y las voces de las víctimas.

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¿Cómo es la participación de las víctimas de la desaparición forzada en estos espacios de exhibición del Museo y actividades?

 

Para la concepción y creación misma del Museo se realizaron muchas encuestas ciudadanas y espacios de participación de la comunidad. Esto no fue una simple decisión que se tomó y una idea que se fue gestando a partir de la iniciativa de la administración, sino que se conversó con la comunidad, se realizaron talleres, laboratorios, grupos focales, encuesta y entrevistas, de esa manera, desde sus orígenes el Museo siempre ha trabajado de manera colaborativa y cercana con las organizaciones de víctimas. Estas son un sujeto aliado indispensable del museo, no se puede pensar en la realización de la misión del Museo o de las exposiciones sin la participación misma de las víctimas. Aquí se realizan actividades con ellos, espacio de encuentro, tenemos lugares dedicado  en donde trabajamos sobre temas específicos, reflexiones y también los apoyamos con iniciativas artísticas y culturales que se tienen.

 

¿Antes de exponer algo se hace un trabajo previo o muestra a las víctimas? Si es así, ¿cómo se hace?

 

Las organizaciones de víctimas y las personas cercanas siempre se convocan haciéndose talleres y consultas ciudadanas para generar los contenidos. Estos no obedecen solamente al proceso de investigación previo realizado por el equipo de investigación y a toda la sistematización hecho por el grupo de museografía, sino que también intervienen las organizaciones de víctimas; incluso, a veces, las mismas iniciativas de estas organizaciones son las que generan las ideas de las exposiciones. Por ejemplo, este año la muestra trata sobre arte y reconciliación, en la que se tienen en cuenta las experiencias artísticas y culturales que se han realizado a partir de colectivos y organizaciones de víctimas.

 

¿Cómo se les da reparación simbólica a las víctimas con los trabajos expuestos en el museo?

 

Existe la indemnización que es cuando se paga una suma de dinero para resarcir el daño ocasionado. La reparación simbólica es aquella que no puede devolver las cosas al estado anterior, entonces supone expresiones artísticas, culturales, intelectuales o conmemorativas; eso es lo que verdaderamente va aportando a esa reparación ese resarcimiento como de ese dolor, en ese sentido las exposiciones son lo que generan reparación integral. Una cosa que muy importante para decir es que cuando uno habla con los sobrevivientes, es decir con las víctimas, uno se da cuenta que no están buscando una reparación administrativa, no están buscando un dinero, sino que ellos simplemente están buscando que se sepa la verdad, que se conozca la historia, que las personas, que la sociedad en general conozcan lo que pasó. En ese sentido la exposición se vuelve el instrumento para relatarle al resto del mundo cuáles fueron los hechos acontecidos y sobre todo que aprendamos de esa experiencia porque más allá de narrar es entender, qué pasó, porqué pasó lo que pasó y preocuparnos porque no vuelva a suceder.

"La reparación simbólica es aquella que no puede devolver las cosas al estado anterior, entonces supone expresiones artísticas, culturales, intelectuales o conmemorativas"

¿Cuál es la relación que tiene el museo con las familias y colectividades de personas dadas por desaparecidas?

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Con algunas de las organizaciones tenemos una relación muy cercana. El museo siempre está abierto al trabajo y al acercamiento de las organizaciones pero en algunos momentos unas organizaciones deciden alejarse del museo porque están trabajando con otras entidades o porque están dedicadas a hacer otra actividades, pero normalmente hay una cercanía y un acompañamiento total del mueso. El acompañamiento va a partir de un trabajo colaborativo. Nuestra labor es una construcción participativa de memoria  en ese sentido es proporcionarles un espacio y unas actividades  que les permita justamente compartir experiencias, empezar a generar una reconciliación y una  transformación del tejido social. Hay algunas organizaciones que se reúnen cada ocho días, que participan de las diferentes actividades que nosotros organizamos y esas actividades van desde encuentro de ellos para que nos cuenten en que están, cuáles son sus proyectos y en qué los podemos asesorar, como en la celebración de sus conmemoraciones. Por ejemplo la semana entrante se conmemora 20 años de Madres de la Candelaria, una organización de víctimas justamente que buscan sus seres queridos desaparecidos. Nosotros ofrecemos, por ejemplo, el museo para que esa conmemoración se haga acá. Les hacemos foros, conversatorios, hacemos proyecciones, cine foros y otras actividades que los vinculen a ellos.

Cathalina Sánchez en su oficina Museo Casa de la Memoria. 14 de marzo de 2019.

 

¿Cuál es el proceso para hacer las exposiciones?

 

Siempre hay un proceso de investigación previa. Dentro de este está una investigación teórica que teoriza, por ejemplo, qué es la desaparición, cómo se concibe, cuales son los índice, cifras, entrevistas y contacto con familiares de víctimas de desaparición forzada, realización de grupos focales. A partir de ahí se genera un marco teórico y luego pasa a la parte de museografía que es ¿cómo pasar esos contenidos teóricos a una exposición de manera que esa exposición cumpla con las expectativas o necesidades de las víctimas? Ese es el proceso de creación en términos generales de una exposición.

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¿El museo genera una reconstrucción simbólica? ¿Podría explicarnos esto por medio de una historia?

 

Situaciones en las que los visitantes vienen de una manera desprevenida a hacer una visita en particular y de acuerdo a su historia de vida o a su experiencia personal empiezan a enfrentarse a la información que está en el museo. Por ejemplo, una persona descubre que su padre, quién creía muerto, de acuerdo a la información que recibe en el museo se da cuenta que no está muerto si no que fue desaparecido.

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Personas que vienen, visitan e identifican gente en las fotos, que no sabían que estaban vinculados a un grupo de perpetradores o que identifican o que dicen “en algún momento yo hice parte de esa comunidad” o “yo hice parte de ese grupo” o “mi familia hizo parte de ese grupo” y empieza entonces a identificarse como víctima o empieza a cuestionarse de pronto unos relatos que había escuchado y que los confronta y dice “yo finalmente pertenecía al otro lado de la historia” .

 

Y todos aquellos que no nos identificamos como víctimas o que no identificamos una víctima particular del conflicto, definitivamente las experiencias del museo nos tocan porque nos hacen reflexionar sobre el valor de la palabra, de la justicia, de la equidad, de la igualdad, de la verdad y de la necesidad de transformarnos y de construir la paz.

 

¿Por qué se considera que Medellín y Colombia son lugares sin memoria?

 

No, yo no considero que sea un país o una ciudad sin memoria, lo que yo pienso es que no nos hemos tomado el tiempo y el espacio para pensar. Cuando las circunstancias que generan el conflicto están todavía latentes y presentes es muy difícil que seamos capaces de empezar a hablar, pero no es un lugar sin memoria porque nosotros no hemos olvidado lo que nos pasó. Lo que pasa es que nos da miedo o todavía no estamos listos para empezar a narrar y hacer un análisis y empezar a hacer una evolución de ese proceso, pero yo no digo que seamos una ciudad sin memoria, es imposible pensarnos así porque siempre recordamos y sabemos lo que pasó, lo que no hemos generado y no hemos permitido es que esos procesos nos lleven de verdad a una reflexión para la no repetición.

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